Esta receta la aprendí de mi madre, pero tiene el toque sevillano de los cominos, de mi abuela paterna, la abuela Manuela… ¡gracias a las dos!
INGREDIENTES (para 6 personas)
- 4 pimientos rojos grandes
- 1 diente de ajo
- 1 cucharadita de cominos
- Aceite y sal
PREPARACIÓN
Primero se pone a precalentar el horno, en el modo ventilador, a 180̊.
Colocar los pimientos sobre la fuente de horno.
Cuando esté caliente hornearlos a 160̊, dándoles la vuelta cada 15 minutos dos veces, bajar la temperatura a 140̊ y de nuevo, cada 15 minutos, darles la vuelta dos veces más, estando en el horno un total de 1 hora.
Se quitan de la fuente y se colocan en una cacerola, echándoles por encima el jugo que hasta ahora han soltado, se tapan y si se quiere, además se cubre el recipiente con un paño de cocina, para que suden.
Se tienen así unas horas hasta que se enfríen y se puedan pelar y quitar las semillas sin problemas.
Una vez limpios se hacen tiras y se colocan sobre la fuente, a ser posible un poco honda, donde se quieren servir, sin olvidarnos de echar todo el jugo que han soltado, salarlos y rociarlos con aceite de oliva.
Por último, en un mortero machacar el diente de ajo y los cominos, hasta que se haga una pasta que, se añade a los pimientos.
Mezclarlo todo bien y ya están listos para sacar a la mesa.
Se pueden comer solos o como en este caso que, están acompañados con atún de Cádiz, en conserva casera, hecha por un compañero de trabajo... gracias Miguel, un acompañamiento perfecto.
No mojar en el jugo es un pecado, por lo que os recomiendo acompañarlos con un pan rico, consistente, pan de pueblo, una buena hogaza, porque está para chuparse los dedos.
Que ricos nos supieron... ¿Ehhhhh?
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