Después de unos días de "descanso", sin poner nada nuevo, con Tony, casi, casi recuperado tras su operación, vuelvo de nuevo a ocuparme, en la medida de lo que pueda, de mi proyecto de blog con otro de los platos de mamá, aunque ya sin receta, de memoria, pero preguntando y confirmando las "posibles" dudas a la tía Antoñita, aunque era tal y como yo la recordaba, aún así ¡gracias tía!
Este es uno de los platos favoritos de Tony, cuando las hacia Carmen, su mamá, con su receta, muy parecida a esta, le encantaban y ahora me toca a mi, he cogido el relevo de las mamis y se las hago yo con todo mi amor.
INGREDIENTES
-1
¼ kg. de sardinas
-1
cebolla
-3
o 4 dientes de ajo
-Pimienta
en grano
-2
hojas de laurel
-Cáscara
de naranja o limón
-1
vaso de vinagre
-Harina
-Sal
gorda
PREPARACIÓN
Limpiamos
las sardinas y la echamos en agua con sal gorda la noche anterior.
Lavamos
bien y escurrimos, para después freírlas y ponerlas en el recipiente donde
vamos a prepararlas con el escabeche.
En
el mismo aceite de freír las sardinas, freímos la cebolla partida, incorporamos
los dientes de ajo sin partir cuando ya esté transparente la cebolla para
evitar que se quemen y den sabor al escabeche, seguimos con las hojas de
laurel, los granos de pimienta, la cáscara de naranja o limón, aunque mi mamá
usaba sobre todo limón, yo está vez utilicé naranja, pero sin lo blanco como
dice mi tía Antoñita, 1 cucharada de harina para espesar la sala y el vaso de
vinagre, removiendo para que no se haga grumos.
En
el caso de que no os guste mucho el vinagre, se puede echar mitad de vinagre,
mitad de vino blanco.
Cuando
empiece a hacer chup, chup, echamos el escabeche sobre las sardinas, terminamos
de cubrirlas con agua y ponemos a cocer a fuego muy lento unos 15 minutos.
Cuando
se enfríen, dejarlas reposar en la nevera al menos un día, así es como se debe
comer el escabeche, como mínimo de un día para otro.